El segundo disco de la cantautora vasca Saioa, vuelve a colocar el listón muy alto. Dueña de una voz dolorida que recuerda a la de Thalia Zedek , los 60 minutos del segundo disco de Saioa demuestran lo que su debut ya había dejado bien claro: que en pleno florecimiento de la música folk con voz femenina al frente, ella tiene un espacio propio.
Por un lado, su registro vocal limita con la ex-Come, por el otro se mira en el espejo de Anari. No es ninguna de ellas, aunque maneja, como ambas, los recursos del minimalismo: una guitarra que suena desierto, un slide, un armónica muy de vez en cuando, incluso un acordeón. Punto y final: eso basta y sobra para emocionar y puntuar con sobresaliente.
'Hey River', que abre el disco, pone las cosas bien claras nada más empezar. En Matrioska Heart nos vamos a encontrar la desazón dulce (o no tanto) de Leonard Cohen, el tembleque pelín ebrio de Matt Elliot, los experimentos folk-blues de los grupos indie que mejor supieron hacerlos (de nuevo, Come) y un buen puñado de cosas más, todas ellas magníficas.
Once canciones que muestran a una compositora con recursos e ideas, que sabe vestirse de todo aquello que escucha sin imponerse fronteras ni barreras. porque solo así podría sonar tan cercana al country desolado de la nueva americana en tired of muses y, de golpe, cruzar todo el oceáno de vuelta para dejarnos de piedra con ordu hoiek, una canción que parece empaparse a partes iguales del cantábrico y el mediterráneo y que no es sino (y junto a la desolada is it possible) la cima de una de las mayores sorpresas de lo que llevamos de año.
Por un lado, su registro vocal limita con la ex-Come, por el otro se mira en el espejo de Anari. No es ninguna de ellas, aunque maneja, como ambas, los recursos del minimalismo: una guitarra que suena desierto, un slide, un armónica muy de vez en cuando, incluso un acordeón. Punto y final: eso basta y sobra para emocionar y puntuar con sobresaliente.
'Hey River', que abre el disco, pone las cosas bien claras nada más empezar. En Matrioska Heart nos vamos a encontrar la desazón dulce (o no tanto) de Leonard Cohen, el tembleque pelín ebrio de Matt Elliot, los experimentos folk-blues de los grupos indie que mejor supieron hacerlos (de nuevo, Come) y un buen puñado de cosas más, todas ellas magníficas.
Once canciones que muestran a una compositora con recursos e ideas, que sabe vestirse de todo aquello que escucha sin imponerse fronteras ni barreras. porque solo así podría sonar tan cercana al country desolado de la nueva americana en tired of muses y, de golpe, cruzar todo el oceáno de vuelta para dejarnos de piedra con ordu hoiek, una canción que parece empaparse a partes iguales del cantábrico y el mediterráneo y que no es sino (y junto a la desolada is it possible) la cima de una de las mayores sorpresas de lo que llevamos de año.
Abestiak
01- Hey, River
02-Trapezioan
03- Like If We Don't Care
04- Flowers And The Bee
05- Ghost Of 3 Am
06- Adaxhak Adaxhetatik
07- Tired Of Muses
08- Ordu Hoiek
09- Venice
10- Is It Possible
11- Matrioska Heart
Jaitsi
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